As the eldest child, I was born into a leadership role and have continued to have more leadership roles as I’ve grown older. In leadership roles, it’s easy to get an inflated ego. People are asking you questions, asking for advice, and needing your presence and validation. But someone once told me that a great leader is not someone who makes themselves look more successful; A great leader is someone that makes others feel more successful. Moreover, a great leader is someone that makes the “lowest” or “outcast” feel included and successful.
In the First Reading, we are immediately thrown into a passage in which the leaders have not been good leaders so they are being punished. Not only have they led their people astray but they have also left them to their own devices. No right, no wrong, no direction. This passage also reminds us that the LORD is our shepherd. In one fell swoop, we learn about the consequences of not being a good leader, but also get a quick reminder that it is not man that we should expect to lead us, but the Lord.
Of course, this brought the parable of the lost sheep back to the forefront of my mind. In Luke 15, Jesus uses this example to share that even if 99 of the sheep are safe and herded, we should go looking for the one sheep that is lost. Then, once the lost sheep is found, there is rejoicing. That is being a good leader and a good, fellow Christian.
I think both of today’s readings tie into that parable since they serve as reminders to us to not only bring that one lost person back to the faith and be Christ’s love to them, but also that we should not be prideful and think, “Well, it’s not my fault they got lost. Maybe if they were like me and went to Church and prayed, then they wouldn’t be lost.” But this is not being humble. That is selfishness, pride, and jealousy.
Upon further reflection, I’m left looking at where I have failed to be a humble servant of the Lord and humble leader to His people. Have I left my parents and those older than me to their own devices because “they don’t need to be reminded to go to Mass since they’re older and wiser”? Have I avoided Christian conversation with certain people because my pride tells me that I will look ignorant of the Bible? Have I let others fall because I thought they deserved it? What other ways have I not acted out of love, because it was what felt easier?
Ask yourself; What kind of shepherd am I?
Heavenly Father, we humbly come to you and ask for your assistance.
Help us to avoid selfishness, pride, and jealousy
so we can minister to your flock, our fellow brothers and sisters.
Give us strength to put our egos aside,
so we may do what is right, not what is easy.
Be with us in each step so that we are not afraid
to leave the 99 and find the 1,
so we may rejoice with you once found.
Amen.
Como hija mayor, nací con un rol de liderazgo y he seguido teniendo más roles de liderazgo a medida que crecía. Con roles de liderazgo, es fácil tener un ego inflado. Las personas te hacen preguntas, te piden consejos y necesitan tu presencia y validación. Pero alguien me dijo una vez que un gran líder no es alguien que se hace ver más exitoso; Un gran líder es alguien que hace que los demás se sientan más exitosos. Además, un gran líder es alguien que hace que los “menospreciados” o los “marginados” se sientan incluidos y exitosos.
En la Primera Lectura, somos arrojados inmediatamente a un pasaje en el que los líderes no han sido buenos líderes, por lo que están siendo castigados. No solo han descarriado a su pueblo, sino que también los han dejado a su suerte. No hay bien, no hay mal, no hay dirección. Este pasaje también nos recuerda que el Señor es nuestro pastor. De un solo golpe, aprendemos acerca de las consecuencias de no ser un buen líder, pero también recibimos un rápido recordatorio de que no es el hombre quien debemos esperar que nos guíe, sino el Señor.
Por supuesto, esto trajo al frente de mi mente la parábola de la oveja perdida. En Lucas 15, Jesús usa este ejemplo para compartir que incluso si 99 de las ovejas están a salvo y pastoreadas, debemos ir a buscar la oveja que se perdió. Entonces, una vez que se encuentra la oveja perdida, hay regocijo. Eso es ser un buen líder y un buen compañero cristiano.
Creo que las dos lecturas de hoy se relacionan con esa parábola, ya que nos sirven como recordatorios no solo para traer de vuelta a la fe a esa persona perdida y ser el amor de Cristo para ellos, sino también que no debemos ser orgullosos y pensar: “Bueno, no es mi culpa que se hayan perdido. Tal vez si fueran como yo y fueran a la iglesia y oraran, entonces no se perderían”. Pero esto no es ser humilde. Eso es egoísmo, orgullo y celos.
Después de reflexionar más, me quedo viendo dónde he fallado en ser un humilde siervo del Señor y un humilde líder para Su pueblo. ¿He dejado a mis padres y a los que son mayores que yo solos porque “no necesitan que les recuerden ir a misa porque son mayores y más sabios”? ¿He evitado la conversación cristiana con ciertas personas porque mi orgullo me dice que pareceré ignorante de la Biblia? ¿He dejado caer a otros porque pensé que se lo merecían? ¿De cuales otras formas no he actuado por amor, porque era lo que me parecía más fácil?
Pregúntese; ¿Qué tipo de pastor soy?
Padre Celestial, humildemente venimos a ti y te pedimos tu ayuda.
Ayúdanos a evitar el egoísmo, el orgullo y los celos
para que podamos ser ministros a tu rebaño, nuestros hermanos y hermanas.
Danos fuerza para dejar de lado nuestros egos,
para que podamos hacer lo correcto, no lo fácil.
Acompáñanos en cada paso para que no tengamos miedo
para dejar al 99 para encontrar el 1,
para que podamos regocijarnos contigo una vez que te encontremos.
Amén.
Image Credit: Sergio Martínez, unsplash.com/photos/1eqDa8UXSPs
Veronica Alvarado is a born and raised Texan currently living in Pennsylvania. Since graduating from Texas A&M University, Veronica has published various Catholic articles in bulletins, newspapers, e-newsletters, and blogs. She continued sharing her faith after graduation as a web content strategist and digital project manager. Today, she continues this mission in her current role as communications director and project manager for Pentecost Today USA, a Catholic Charismatic Renewal organization in Pittsburgh.