There is an interesting dynamic in the readings for today. The tension is real. The message from the verse before the Gospel is clear, “Even now, says the Lord, return to me with your whole heart for I am gracious and merciful.” Jl 2: 12-13
Each and every creature has been created in the image and likeness of God. The Lord is in all the hearts ever created. It is the choice of every human being to accept God as our personal Lord and Savior.
God our Father gave us free will. The Catechism of the Catholic Church (CCC) is clear on the role of freedom and responsibility:
1731 Freedom is the power, rooted in reason and will, to act or not to act, to do this or that, and so to perform deliberate actions on one’s own responsibility. By free will one shapes one’s own life. Human freedom is a force for growth and maturity in truth and goodness; it attains its perfection when directed toward God, our beatitude.
1732 As long as freedom has not bound itself definitively to its ultimate good which is God, there is the possibility of choosing between good and evil, and thus of growing in perfection or of failing and sinning. This freedom characterizes properly human acts. It is the basis of praise or blame, merit or reproach.
1733 The more one does what is good, the freer one becomes. There is no true freedom except in the service of what is good and just. The choice to disobey and do evil is an abuse of freedom and leads to “the slavery of sin.”
The readings for today demonstrate these concepts. Jonah and the King of Nineveh are great examples of turning your heart back to God. Each has a conversion experience which opens the eyes of their hearts, to stop ignoring the signs God has sent them to do the work He has set before them. The psalmist plainly speaks of God’s actions for a person with a contrite heart.
In the Gospel from Luke, Jesus makes some very concise direct statements. He says, “This generation is an evil generation; it seeks a sign, but no sign will be given it, except the sign of Jonah. Just as Jonah became a sign to the Ninevites, so will the Son of Man be to this generation….At the judgment the men of Nineveh will arise with this generation and condemn it, because at the preaching of Jonah they repented, and there is something greater than Jonah here.”
Come Holy Spirit. Be with me throughout my day. Guide my actions and decisions, all that I do and fail to do, keep my heart, thoughts and ways, turned to the will of my Father. I pray that I do His will, not mine in each and every moment. Please help me keep my focus on you, Lord Jesus Christ, now and forever. Amen.
Hay una dinámica interesante en las lecturas de hoy. La tensión es real. El mensaje del versículo anterior al Evangelio es claro: “Aún ahora, dice el Señor, vuélvanse a mí con todo su corazón porque soy clemente y misericordioso”. (Joel 2, 12-13)
Todas y cada una de las criaturas han sido creadas a imagen y semejanza de Dios. El Señor está en todos y cada uno de los corazones. Es elección de cada ser humano aceptar a Dios como nuestro Señor y Salvador personal.
Dios nuestro Padre nos dio libre albedrío. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) es claro sobre el papel de la libertad y la responsabilidad:
1731 La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.
1732 Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito.
1733 En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado (cf Rm 6, 17).
Las lecturas de hoy demuestran estos conceptos. Jonás y el Rey de Nínive son grandes ejemplos de volver el corazón a Dios. Cada uno tiene una experiencia de conversión que abre los ojos de su corazón, para dejar de ignorar las señales que Dios les ha enviado para hacer la obra que les ha puesto por delante. El salmista habla claramente de las acciones de Dios para una persona con un corazón contrito.
En el Evangelio de Lucas, Jesús hace algunas declaraciones directas muy concisas. Dice, “La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.”
Ven, espíritu santo. Esté conmigo a lo largo de mi día. Guía mis acciones y decisiones, todo lo que hago y dejo de hacer, guarda mi corazón, pensamientos y caminos, vueltos a la voluntad de mi Padre. Oro para hacer Su voluntad, no la mía en todos y cada uno de los momentos. Por favor, ayúdame a mantener mi enfoque en ti, Señor Jesucristo, ahora y para siempre. Amén.
Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.
Feature Image Credit: Cristian Gutiérrez, LC, https://cathopic.com/photo/13943-at-the-foot-of-the-cross