Me encanta soñar despierto
y textear
y ver el Facebook
e Instagram
y el app de mi cuenta bancaria
y mi email
y mis fotos
y leer esa cuenta al azar en las noticias……
Todas estas cosas me llevan lejos de donde estoy.
No creo que mi imaginación o mi teléfono son malos intrínsecamente… pero en el momento equivocado me pueden robar la oportunidad de dar el don más importante que tengo al otro: mí mismo.
Paso la mayor parte de mi tiempo en el trabajo dando apoyo personal, sólo soy yo y la otra persona compartiendo los momentos ordinarios. Cuando primero empecé, la experiencia entera interesaba mi intelecto y realizaba mi corazón, pero después de hacer lo mismo cada semana por un año entero, la fascinación inicial se pierde y es muy fácil aburrirse.
Es muy tentador estar en otro lugar mentalmente cuando estoy cocinando tacos y lo he hecho millones de veces, y frecuentemente me rindo, pero es justo en estos momentos ordinarios que tengo la oportunidad de amar a la persona con quien estoy compartiendo este momento de la vida.
Esté allí presente.
Entrega a ti mismo a los demás.