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How Else Will They Know? / ¿De Qué Otra Forma Van a Saber?

Apr 19 2023

How Else Will They Know? / ¿De Qué Otra Forma Van a Saber?

Have you ever given your Christian testimony? Unless asked to speak at a Bible study or invited as a guest into a religious education class,  many Catholics don’t share their personal story of faith in Jesus Christ. But the more we are willing to do so, the more we participate in the mission of Christ to save souls.

In today’s First Reading from the book of Acts, the angel goes into the prison, where the Apostles are and sets them free! This is what Christ does for us. We are all in need of a Savior; we are all in a kind of prison, enslaved to our passions, controlled by our fears, ruled by selfishness. If we accept the freedom Christ offers us from the cross and start to follow Him, our lives will be transformed. Our personal witness may not seem dynamic to us, but if our conversion to Christ is authentic, even a simple and straightforward testimony can change lives.

If you are shy about sharing your testimony with others, here are three ideas which might help you become more comfortable:

First, few people can communicate effectively about any subject unless they prepare well. Create an “elevator speech” for your testimony. This is a 30 to 60 second witness to your faith in Christ in the amount of time it takes for you to ride an elevator with someone. Share who Christ is and what he means to you, personally. We aren’t preaching. We are simply inviting others to share in the blessing that we ourselves have experienced. Practice it with a friend or even record yourself, and be sure to ask the Holy Spirit to help you. 

Second, pray for favorable moments to share Christ with others. Clearly, we need to discern and be discreet as we converse with others, listening to them carefully and not being overly concerned about delivering a canned speech. Our love of Christ and our concern for others should compel us to speak up when opportunities come our way.

Third, ask your pastor or other parish leader if you can give a testimony to a small group of people at some point. RCIA or confirmation classes can provide perfect opportunities for you to give a five to ten minute talk about God’s goodness and mercy in your life. Once you have shared your story in a friendly environment, you may find it easier to talk about Christ on a bus or in your workplace. 

God wants to free us from whatever makes us afraid to speak up on His behalf. Conversely, our enemy, Satan, wants us to be preoccupied with ourselves and our “coolness factor.” As Christians, we are occasionally called to be fools for Christ! 

As it says in today’s Gospel reading, God the Father sent Christ so that “everyone who believes in him might not perish but might have eternal life.” If no one shares Christ with others, if we don’t share Christ with others, how else will they come to know about Him and the Father’s great love for us all?

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¿Alguna vez has dado tu testimonio cristiano? A menos de que te hayan pedido hablar en un estudio de biblia o te hayan invitado a una clase de educación religiosa, muchos católicos no comparten su historia personal de fe en Jesucristo. Pero cuanto más estemos dispuestos a hacerlo, más participaremos en la misión de Cristo de salvar almas.

En la Primera Lectura de hoy del libro de los Hechos, el ángel entra en la prisión, donde están los Apóstoles, ¡y los libera! Esto es lo que Cristo hace por nosotros. Todos estamos en necesidad de un Salvador; todos estamos en una especie de prisión, esclavizados por nuestras pasiones, controlados por nuestros miedos, gobernados por el egoísmo. Si aceptamos la libertad que Cristo nos ofrece desde la cruz y comenzamos a seguirlo, nuestra vida será transformada. Nuestro testimonio personal puede parecernos no muy dinámico, pero si nuestra conversión a Cristo es auténtica, incluso un testimonio simple y directo puede cambiar vidas.

Si te da vergüenza compartir tu testimonio con los demás, te ofrezco tres ideas que pueden ayudarte a sentirte más cómodo:

Primero, pocas personas pueden comunicarse de manera efectiva sobre cualquier tema a menos de que se preparen bien. Inventa un “discurso de ascensor” para tu testimonio, un testimonio de 30 a 60 segundos sobre tu fe en Cristo que dura el tiempo de subir en un ascensor con alguien. Comparta quién es Cristo y lo que significa para ti personalmente. No estamos predicando. Simplemente estamos invitando a otros a compartir la bendición que nosotros mismos hemos experimentado. Practícalo con un amigo o incluso grábate, y asegúrate de pedirle al Espíritu Santo que te ayude.

Segundo, pide por momentos favorables para compartir a Cristo con los demás. Claramente, debemos discernir y ser discretos cuando conversamos con los demás, escuchándolos con atención y sin preocuparnos demasiado por dar un discurso formal. Nuestro amor por Cristo y nuestra preocupación por los demás deberían obligarnos a hablar cuando se nos presentan oportunidades.

Tercero, pregúntele a tu párroco u otro líder parroquial si puedes dar un testimonio a un pequeño grupo de personas en algún momento. Las clases de RICA o de confirmación pueden brindarle oportunidades perfectas para que des una charla de cinco a diez minutos sobre la bondad y la misericordia de Dios en tu vida. Una vez que hayas compartido tu historia en un ambiente amistoso, te resultará más fácil hablar de Cristo en el transporte público o en tu lugar de trabajo.

Dios quiere liberarnos de cualquier cosa que nos haga temer hablar en su nombre. Por el contrario, nuestro enemigo, Satanás, quiere que nos preocupemos por nosotros mismos y por nuestro “factor de frialdad”. Como cristianos, ¡ocasionalmente somos llamados a salir de la comodidad por Cristo!

Como dice en la lectura del Evangelio de hoy, Dios Padre envió a Cristo para que “para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Si nadie comparte a Cristo con los demás, si no compartimos a Cristo con los demás, ¿de qué otra manera llegarán a conocerlo y del gran amor del Padre por todos nosotros?

Comunicarse con la autora

Christine Hanus currently lives in Upstate, NY. Though she enjoys writing and her work as a catechist, Christine is primarily a wife, mother, and more recently, grandmother!

Feature Image Credit: Christina @ wocintechchat.com, unsplash.com/photos/eF7HN40WbAQ