“We always pray for you, that our God may make you worthy of his calling and powerfully bring to fulfillment every good purpose and every effort of faith, that the name of our Lord Jesus may be glorified in you, and you in him, in accord with the grace of our God and Lord Jesus Christ.” 2 Thessalonians 11-12
What a beautiful passage for celebrating the Queenship of Mary!
I try to picture Mary, going through her daily life. She has her daily routine, those tasks performed out of necessity and love for those around her. As she moves from one task to another, suddenly the word of God enters in; first through the words of the angel and then through the breath of the Holy Spirit and finally through her Son, Jesus.
Like Mary, we move through our daily lives. We keep our homes. We perform our jobs. We shop. We garden. We wash grubby little hands. We do all the little 1001 tasks needed to simply live from day to day. In the midst of all that, our Lord enters. He doesn’t enter in with fanfare and a marching band, but is found quietly in all the little things. We don’t have to be worthy of him on our own, but he makes us worthy when we include him. He comes to us in the silent prayer of gratitude said over a sink full of dishes. He is with us in whispered prayers for protection as a loved one leaves home for work or school. He stands beside us in the worried wondering of when we will find our next meal. He even joins us in the unspoken desire to find His presence in the tedium of yet another meeting. In all these places and so many more, our God enters in and brings fulfillment to our good purposes and efforts in faith.
Faith is a theological virtue infused into us at baptism and sealed within us at confirmation. It is brought into fulfillment through all those teeny tiny acts of faith performed each and every day.
Let us follow our Queen and Mother’s example of ascent to our Lord’s presence in our daily lives. Along with St. Paul, let us pray for one another that we continue to find God in all the little moments, “that the name of our Lord Jesus may be glorified in you, and you in him, in accord with the grace of our God and Lord Jesus Christ.”
“Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder lleve a efecto tanto los buenos propósitos que han formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así glorificarán a nuestro Señor Jesús y él los glorificará a ustedes en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.” 2 Tesalonicenses 11-12
¡Qué hermoso pasaje para celebrar el Reinado de María!
Trato de imaginarme a María, pasando por su vida diaria. Ella tiene su rutina diaria, esas tareas realizadas por necesidad y amor por quienes la rodean. Al pasar de una tarea a otra, de repente entra la palabra de Dios; primero a través de las palabras del ángel y luego a través del soplo del Espíritu Santo y finalmente a través de su Hijo, Jesús.
Como María, nos movemos por nuestra vida cotidiana. Mantenemos nuestras casas. Realizamos nuestro trabajo. Vamos de compras. Tendemos al jardín. Lavamos las manitas sucias. Hacemos todas las 1001 pequeñas tareas necesarias para simplemente vivir el día a día. En medio de todo eso, entra nuestro Señor. No entra con fanfarria y una banda de música, sino que se encuentra en el silencio en todas las pequeñas cosas. No tenemos que ser dignos de él por nosotros mismos, pero él nos hace dignos cuando lo incluimos. Viene a nosotros en la oración silenciosa de gratitud dicha sobre un lavadero lleno de platos. Está con nosotros en las oraciones susurradas pidiendo protección cuando un ser querido se va de la casa al trabajo o a la escuela. Está a nuestro lado cuando nos preguntamos con preocupación cuándo encontraremos nuestra próxima comida. Incluso se une a nosotros en el deseo tácito de encontrar Su presencia en el tedio de una nueva reunión. En todos estos lugares y en tantos más, nuestro Dios entra y da cumplimiento a nuestros buenos propósitos y esfuerzos en la fe.
La fe es una virtud teológica infundida en nosotros en el bautismo y sellada dentro de nosotros en la confirmación. Se lleva a cabo a través de todos esos pequeños actos de fe realizados todos los días.
Sigamos el ejemplo de nuestra Reina y Madre de subir a la presencia de nuestro Señor en nuestras vidas diarias. Junto con san Pablo, oremos los unos por los otros para que sigamos encontrando a Dios en todos los pequeños momentos. “Así glorificarán a nuestro Señor Jesús y él los glorificará a ustedes en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.”
Sheryl is happy to be the number 1 cheerleader and supporter for her husband, Tom who is a candidate for the Permanent Diaconate in the Diocese of Kalamazoo. They are so grateful for the opportunity to grow together in this process. Sheryl’s day job is serving her community as the principal for St. Therese Catholic School in Wayland, Michigan. Since every time she thinks she gets life all figured out, she realizes just how far she has to go, St. Rita of Cascia is her go-to Saint for intercession and help. Home includes Carlyn, a very, very goofy Golden Retriever and Lucy, our not-so-little rescue puppy.
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