During this season of Lent, I think one of the images that comes up frequently is a desert. We perhaps think about Jesus fasting for 40 days in the desert or about the suffering of the Israelites in Egypt before they were freed. As these images come to mind I can’t help but think what it would have been like to live in the Ancient Near East. Just think for a second of our ancestors in faith who lived in various desert regions and had to live off the land to survive. Furthermore, they had to travel in groups very slowly if they were ever to relocate. As is said in Lord of the Rings, “It’s a dangerous business stepping out your door.”
This is where we find Abram in today’s First Reading. He is asked by God to leave everything he knows and go to a land. Notice there is no destination given, just that he should wander without knowing where he is going and that God will guide him. Of course, we know now that they were headed for the Promised Land, but they didn’t know that then. There is a reason that the Catechism says, “Abraham thus fulfills the definition of faith in Hebrews 11:1: ‘Faith is the assurance of things hoped for, the conviction of things not seen’: ‘Abraham believed God, and it was reckoned to him as righteousness.’ Because he was ‘strong in his faith’, Abraham became the ‘father of all who believe’.” (CCC 146)
It’s even more impressive that during this time polytheism was rampant. The idea of having faith in one God was very foreign to the people of the Ancient Near East. And here we have Abraham not only believing in the Hebrew God, but putting all of his faith in him. This trip could have easily been a death march for his family if God was not with them every step of the way.
Fast forward to today and the question I think we all should ask is, do we have faith like Abraham? Faith is described in the Catechism as a supernatural virtue so the good news is that we don’t need to try with all our might to muster up faith. God freely gives it to us. We just need to ask. The more we ask, the more we receive grace from the Church and the Sacraments, the more we pray and talk with God, the stronger our faith becomes.
What big things is God asking of you? He has a plan for each of us and his plans are great. We simply need to step out in faith, or as the First Reading puts it we can become more like Abraham and go just as the Lord directed. No plans, no map, no vision of the future, just hope and trust in God who is love.
From all of us here at Diocesan, God bless!
Durante este tiempo de Cuaresma, creo que una de las imágenes que surge con frecuencia es un desierto. Quizá pensemos en Jesús ayunando durante 40 días en el desierto o en el sufrimiento de los israelitas en Egipto antes de ser liberados. Mientras me vienen a la mente estas imágenes, no puedo evitar pensar en cómo habría sido vivir en el Antiguo Cercano Oriente. Solo piense por un segundo en nuestros ancestros en la fe que vivieron en varias regiones desérticas y tuvieron que vivir de la tierra para sobrevivir. Además, tenían que viajar en grupos muy lentamente si alguna vez tenían que trasladarse. Como se dice en The Lord of the Rings, “es un asunto peligroso salir por tu puerta”.
Aquí es donde encontramos a Abram en la Primera Lectura de hoy. Dios le pide que deje todo lo que conoce y se vaya a una tierra lejana. Fíjate que no se da destino, solo que debe vagar sin saber a dónde va y que Dios lo guiará. Por supuesto, ahora sabemos que se dirigían a la Tierra Prometida, pero entonces no lo sabían. Hay una razón por la que el Catecismo dice: “Abraham realiza así la definición de la fe dada por la carta a los Hebreos: ‘La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven’ (Hb 11,1). ‘Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia’ (Rm 4,3; cf. Gn 15,6). Y por eso, fortalecido por su fe, Abraham fue hecho ‘padre de todos los creyentes’ (Rm 4,11.18; cf. Gn 15, 5)”. (CIC 146)
Es aún más impresionante que durante este tiempo el politeísmo era muy común. La idea de tener fe en un solo Dios era muy extraña para la gente del Antiguo Cercano Oriente. Y aquí tenemos a Abraham no solo creyendo en el Dios hebreo, sino poniendo toda su fe en él. Este viaje podría haber sido fácilmente una marcha hacia la muerte para su familia si Dios no hubiera estado con ellos en cada paso del camino.
Avance rápido hasta hoy y la pregunta que creo que todos deberíamos hacernos es, ¿tenemos fe como Abraham? La fe se describe en el Catecismo como una virtud sobrenatural, por lo que la buena noticia es que no tenemos que esforzarnos con todo lo que tenemos para encontrar la fe dentro de nosotros. Dios nos lo da gratuitamente. Solo tenemos que pedirla. Cuanto más pedimos, más recibimos la gracia de la Iglesia y los Sacramentos, cuanto más oramos y hablamos con Dios, más fuerte se vuelve nuestra fe.
¿Qué cosas grandes te está pidiendo Dios? Él tiene un plan para cada uno de nosotros y sus planes son grandiosos. Simplemente necesitamos dar un paso de fe o, como dice la Primera Lectura, podemos llegar a ser más como Abraham e ir tal como el Señor nos indique. Sin planes, sin mapa, sin visión de futuro, solo esperanza y confianza en Dios que es amor.
De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!
Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”
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